Hablemos hoy de artes adivinatorias poco conocidas, porque a menudo parece que solo existan las cartas del tarot y las runas…
La adivinación por las hojas de te:
Supuestamente de origen oriental, concretamente japonés, es una de las mancias más sencillas, y que no necesita prácticamente ritual alguno, y que lo puede realizar cada uno para si mismo.
El primer país de Europa donde se practicó, se cree que fue en Irlanda, y consiste en interpretar el significado de los dibujos que forman los posos de té, depositados en una taza. Metodología.
La cafeomancia: Adivinación por el café:
No se sabe exactamente desde cuando se practica la adivinación por el café, pero sin duda fue Colin de Plancy, en su Diccionario Infernal, quien primero explicó el método para adivinar el futuro mediante el delicioso café. Metodología.
La ceromancia:
Es una de las artes adivinatorias más antiguas que se conoce, sus orígenes se remonta a las primeras dinastías egipcias, las cual, según Robert S. Seymour, estudioso del origen de las mancias, fue exportada desde el País del Nilo, a la India, y de allí, se extendió por todo el mundo, siendo la mancia principal, en la Turquía del siglo XVI, y en Francia, concretamente en la zona de Anjou, la utilizaron hasta mediados del siglo XIX, las mujeres casaderas, para buscar novio. Metodología
La numimancia: La aliada ocasional de la cartomancia
Se supone que fue a partir del siglo XIV, que empezó a realizarse esta curiosa mancia, en la que se combinan las cartas, y una moneda, siempre nueva. Según Basil Guinda, fue muy utilizada hasta principios del siglo XX. Consiste en preguntar a la moneda, que “trabaja” sobre nueve, siempre han de ser nueve, cartas. Es un método fácil, y que tiene 18 combinaciones de respuestas. Metodología.
¿Practicáis alguna de ellas? Yo he probado la numimancia varias veces y me llama especial atención la del café.
Espero que me contéis.
Salud y Paz,
M.
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