Por mucho que los astrólogos, o al menos algunos, los más ortodoxos, nos hablen de la tremenda fuerza que imponen todos los planetas sobre el ser humano, sólo hay uno que nos influye de una forma imposible de negar, incluso para los más escépticos. Ese astro es nuestra vecina y querida (en ocasiones temida) LUNA.
Este pequeño satélite de la Tierra influye en las personas y en la Naturaleza.
Su influencia, reconocida incluso por la Ciencia Oficial afecta las mareas, el comportamiento de los animales, la menstruación de las mujeres, el crecimiento de los vegetales, la caída o crecimiento del cabello, y como todos sabemos, en algunos casos hace que personas normalmente afables con todos se conviertan en adustas y desagradables. Es lo que conocemos como personas lunáticas, y que sufren esta patología psicosomática reconocida por la más moderna psiquiatría y la psicología científica (ya no digamos las escuelas más esotéricas de esta ciencia).
Un astro que tenemos tan cerca y que influye en casi todo lo que tiene vida en la Tierra, y en ocasiones, como las mareas, en grandes masas “muertas”, no podía dejar de tener una influencia determinante en los rituales, sean los que sean, de la magia.
No olvidemos que desde los antiguos sumerios a los actuales chamanes siberianos o de la cuenca amazónica controlan los movimientos y fases lunares no sólo para sus rituales de brujería o magia, sino que, incluso para buscar el momento más importante para sanar a sus pacientes.
Desde el principio decidimos que un libro que intenta ser una herramienta para cualquier ritualista, no podía obviar un tema de suma importancia como la relación existente entre las diferentes fases de la Luna y los objetivos que persigue el ritual que realicemos.
Sabemos que pueden existir variaciones en esta relación, dependiendo de la persona que escriba un libro, o dé una conferencia.
Nosotros nos hemos basado en las traducciones que se han hecho de los libros de magia egipcia y de la magia maya, que, curiosamente, coinciden casi totalmente en la relación de cada fase lunar y sus poderes mágicos.
Pensemos que estamos hablando de dos civilizaciones muy avanzadas, pero separadas por miles de años. Si la egipcia aparece sobre el 3000 antes de Jesucristo, la maya no lo hace hasta 2800 años más tarde. Y situada a miles de kilómetros de la cultura faraónica y nilótica.
Creemos que esta relación que ofrecemos es la más ajustada y real que existe, ya que, durante casi cinco mil años fue utilizada por millones de personas que vivieron en un mundo mágico muy distinto al tecnificado planeta que hoy habitamos. Al menos en lo que corresponde al llamado Primer Mundo.
A continuación y de forma clara y abreviada, presentamos las relaciones de cada fase lunar y el proyecto que buscamos.
Aconsejamos que los rituales que usted realice los haga siguiendo esta pequeña tabla, pues en muchas ocasiones, y lo hemos dicho ya en libros anteriores, una pequeña variación en un ritual, aunque nos parezca de mínima importancia puede influir en los resultados obtenidos en él.
Las fases y el propósito del ritual:
Luna en creciente: Durante esta fase se deben realizar, pues los propicia en gran manera, los rituales relacionados con todo aquello que esté dirigido a atraer dinero, fortuna, fama, negocios, poder, buscar la buena suerte.
También para atraer una pareja o persona deseada. Sea del sexo que sea.
Incluso es una fase muy efectiva para potenciar las facultades sexuales propias o de terceras personas.
Luna llena: Contra lo que muchos ritualistas, magos incluidos opinan, el periodo lunar en que el astro está en su fase Llena, puede llegar a ser peligroso si no se está muy preparado en temas ritualistas. Ya que, en algunas ocasiones, no siempre, puede hacer aflorar la parte más bestial e inhumana que hay en el interior de cada uno de nosotros.
Pensemos que en muchas de las antiguas culturas donde el sacrificio, incluido el humano era habitual, se esperaba dicha fase lunar para realizar los sacrificios.
Por ejemplo los crueles aztecas o los muy anteriores en el tiempo, asirios y cartagineses,
Realizaban por lo general sus sacrificios humanos colectivos en periodos de Luna Llena.
No por ello debemos de evitar realizarlos durante ese periodo, pero sí tomar todas las medidas necesarias, como por ejemplo dibujar alrededor de nosotros, mientras realizamos el ritual, un círculo amplio con bemba blanca (también llamada cascarilla), para protegernos de las vibraciones y fuerzas negativas que nos pudieran asolar.
Luna menguante: Es esta una fase muy propicia para realizar los llamados “rituales de defensa”, o lo que es lo mismo, para hacer todos aquellos que sirven para devolver hechizos que contra nosotros o los nuestros nos han hecho terceras personas.
También para celebrar los rituales que tengan como finalidad proteger la salud, tanto propia, como de amigos, familiares o clientes en el caso de ser profesionales de la magia casera.
Pensemos que, aunque muchos lo ignoran, una gran parte de los trabajos de mal de ojo que se hacen contra una persona están realizados, si quien lo hace sigue el camino siniestro de la magia, en dicha fase lunar. Por lo que es en esa misma fase en la que tenemos que devolver y combatir ese hechizo o mal de ojo.
Luna nueva: Es un periodo en el que no aconsejamos realizar según que tipo de rituales si uno no está muy versado en la magia.
En esos días, pocos, las fuerzas astrales pueden reaccionar de manera inesperada, siendo unas veces positivas, y otras, muchas por desgracia, negativas.
Puede ser que, un ritual perfectamente ejecutado, con todos los productos, oraciones, velas, etc, no sólo se vea neutralizado en ese periodo, si no que, se vuelva contra nosotros.
Si no es imprescindible, aconsejamos que en los días de Luna nueva se realicen los mínimos rituales. Y lógicamente NINGUNO relacionado con nuestra salud. A menos, y ya lo hemos dicho, que se esté muy versado en magia ritualista. No solamente blanca, si no de los otros colores y caminos.
Para finalizar este capítulo indicaremos que, hemos intentado que este cuadro lunar fuera lo más sencillo y asequible posible, pero, que se pudiera tener gracias a él, una idea clara y real de cuándo realizar un ritual y cuándo no debe de hacerse o bien tomarse todas las medidas necesarias.
Sabemos que en ocasiones el ritual a realizar es urgente, pero pensamos que en una gran mayoría de casos podemos esperar la fase lunar más propicia (1). Por esperar unos pocos días en ocasiones podemos obtener unos resultados mucho más efectivos y duraderos.
Pues no olvidemos que ningún astro, tan siquiera el Astro Rey, el Sol, tiene una influencia tan importante en los seres humanos y en muchos de los factores que nos rodean diariamente.
Salud y Paz,
M.
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